El 27 de noviembre de 2014 no fue un día más en la historia del Club Atlético River Plate. Después de un decenio entero, el Millonario logró eliminar nuevamente de manera oficial a su clásico rival, esta vez en un mano a mano internacional por la Copa Sudamericana de aquel año.
Uno de los protagonistas de la noche fue Marcelo Barovero, quien a lo largo de su trayectoria con el Manto Sagrado puesto dejó una huella imborrable en las retinas de los hinchas de River. El arquero atajó un penal al minuto de juego que quedó inmortalizado para siempre en la historia del fútbol.
Trapito reconoció que ese añorado penal atajado a Emanuel Gigliotti fue el momento individual más fuerte de su carrera, pero también destacó que aún quedaban casi 90 minutos de partido por delante y no pudo disfrutar plenamente el recordado logro en ese preciso instante.
Sin embargo, el guardameta enfatizó que esa victoria marcó un antes y un después en el equipo dirigido por Marcelo Gallardo, ya que les dio a todos los jugadores la confianza y motivación necesarias para comenzar a ganar títulos y cristalizar una etapa histórica e inolvidable.
Las técnicas particulares de Barovero
El arquero cordobés de casi 40 años de edad compartió detalles sobre el método que utilizó en ese momento de máxima presión frente al rival de toda la vida. Reveló que recurrió a técnicas de respiración para maximizar su concentración y mantener la lucidez en ese instante tan difícil.
Según él, apenas el árbitro cobró el penal, se alejó del arco y se enfocó en su respiración, utilizando los procedimientos correspondientes que le había enseñado Sandra Rossi, especialista en el tema y uno de los pilares del ciclo Gallardo en materia psicológica, muy reconocida en el ambiente.
Trapito destacó que se aferró a su entrenamiento para mantener la calma y la claridad mental necesarias, logrando así contener ese remate del Puma que resultó crucial para avanzar a la final del certamen continental, que el Más Grande obtendría a posteriori contra Atlético Nacional de Medellín.