Botafogo de Brasil se consagró campeón de la Copa Libertadores de América ante Atlético Mineiro. La final del máximo certamen continental se disputó en el estadio Monumental de Núñez, lo que significó un golpe bajo para los fanáticos del Club Atlético River Plate, quienes esperaban poder ver al equipo dirigido actualmente por Marcelo Gallardo como protagonista de tal evento.
Sin embargo, más allá del mal trago por no poder disputar otra final copera en casa, el renovado recinto del Más Grande sigue despertando diferentes sensaciones alrededor del mundo. Es una obra de arquitectura que genera admiración en la gente del deporte rey, más allá de que falten pulir ciertas cuestiones como el color de las butacas y el acceso a los hinchas de toda la vida.
El campeón que elogió al estadio Monumental
Cuando Alexander Barboza pisó el estadio Monumental el pasado sábado, no pudo contener la emoción. El zaguero se encontró con un escenario totalmente diferente al que recordaba, al que conocía, porque cabe remarcar que surgió en las divisiones inferiores del Millonario. Tuvo un corto paso por el club en Primera, pero no logró afianzarse.
«Es una locura, es muy pero muy muy diferente a cuando estuve yo. Es hermoso, grande e increíble», manifestó el defensor de 29 años en diálogo con ESPN. Y es que, desde la última vez que Barboza vistió el Manto Sagrado, el Monumental sufrió una impresionante transformación que lo ha erigido en uno de los estadios más modernos y deslumbrantes de Sudamérica.
Barboza pudo apreciar de primera mano los cambios implementados en el recinto de Núñez, que incluyen desde un nuevo campo de juego hasta más tribunas y una impactante pantalla LED. «Lloré ayer a la noche, lloré hoy al mediodía, lloré durante el partido, lloré antes de que arranque», reveló el central, que ha tenido una difícil carrera desde su debut hasta la fecha.
«Necesitaba ser campeón, necesitaba que sea acá en Argentina, con mi familia y millones de personas mirándome», destacó Barboza. Su gran nivel a lo largo de la competición lo consagró como una de las grandes figuras del torneo, un premio a la constancia de un futbolista que no pudo estar a la altura de la exigencia de River Plate.