La noche de River en el Monumental fue una explosión de emociones, un partido que prometía mucho y cumplió con las expectativas. El 4-1 sobre Vélez no sólo significó un golpe anímico importante y un favorable posicionamiento para los mano a mano que se avecinan, sino que estuvo cargado de simbolismos y momentos únicos. Un encuentro donde la rivalidad se sentía en el aire debido a la presencia de Guillermo Barros Schelotto. Además, un nombre propio se encargó de condimentarlo todo desde antes que iniciara el encuentro: Miguel Borja.
El partido, jugado en gran parte bajo una intensa lluvia, fue un claro reflejo del dominio del Millonario, con destellos de fútbol que recordaron los mejores tiempos de Marcelo Gallardo. Sin embargo, la atención no se centró únicamente en el rendimiento en la cancha. La previa del encuentro, y el comportamiento de algunos protagonistas, ya anticipaban una noche especial. La vuelta del exentrenador del eterno rival en la final de Madrid desató una ola de sentimientos encontrados entre los hinchas.
Un cántico que resonó en el Monumental
Antes de que la pelota rodara, algo inesperado captó la atención de todos. Mientras el equipo se preparaba para el calentamiento, los altoparlantes del estadio estallaron con los primeros acordes de “Cómo te duele la cola”. Una elección musical que no fue casualidad. El ritmo es el mismo que acompañó a la icónica canción dedicada a los bosteros, recordando aquel glorioso 9 de diciembre de 2018 en el mítico Santiago Bernabéu.
Y en medio de ese ambiente electrizante, las cámaras enfocaron al Colibrí. El delantero colombiano, lejos de permanecer indiferente, fue captado sonriendo y aplaudiendo al ritmo del cántico, mientras la hinchada lo coreaba a pleno pulmón. Un gesto que rápidamente se viralizó en las redes sociales, generando diversas reacciones entre la gente.
De la crítica al gol que desató la euforia
La noche de Borja no fue un camino de rosas. Ingresó al campo de juego faltando treinta minutos para el final en lugar de Sebastián Driussi, con la expectativa de cambiar el rumbo del partido. Sin embargo, su rendimiento inicial fue discreto, con dificultades para conectarse con sus compañeros y algunas intervenciones que, lejos de favorecer a River, parecían beneficiar a Vélez.
La polémica llegó en los minutos finales. Un penal a favor de River, revisado por el VAR, le dio a Borja la oportunidad de redimirse. Sin embargo, su primer intento fue frustrado por el arquero, quien adivinó la dirección del disparo. Pero la suerte le sonrió al colombiano. Se había advertido una infracción: el guardameta rival se había adelantado. La pena máxima se repitió, y esta vez Borja no falló. Cambió de palo y estampó el 4-1 definitivo, desatando la euforia en las tribunas y cerrando una noche que lo reivindicó. ¿Podrá levantar su nivel de ahora en adelante?
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