La llegada de un nuevo jugador siempre genera expectativas. Algunos se adaptan rápidamente, otros necesitan tiempo. Pero hay futbolistas que, desde el primer partido, demuestran por qué se apostó por ellos. En River Plate, esa figura emergente tiene nombre propio: Kevin Castaño. El mediocampista colombiano se ha convertido en una pieza clave en el esquema de Marcelo Gallardo, aportando solidez, dinamismo y una garra que ha contagiado al resto del equipo.
Sin embargo, como en cualquier comienzo, no todo es color de rosas. Si bien el rendimiento del volante es motivo de alegría para los hinchas, hay un aspecto que preocupa al cuerpo técnico y podría complicar su futuro inmediato. La adaptación a un nuevo fútbol, un nuevo equipo y una nueva cultura siempre implica desafíos, y el joven mediocampista está enfrentando uno importante de cara a lo que se avecina.
El impacto positivo de Castaño en el mediocampo
Desde su arribo a la institución de Núñez, Kevin Castaño ha demostrado ser una incorporación de peso. No solamente mejoró el funcionamiento del mediocampo en su conjunto, sino que también potenció el juego de compañeros discutidos como Enzo Pérez, quien parece haber encontrado un complemento ideal al menos por el momento. La energía y la capacidad de recuperación de Castaño le permiten a Pérez jugar con mayor libertad y enfocarse en la organización del juego.
La hinchada del Más Grande, conocida por su exigencia, ha comenzado a reconocer el esfuerzo y la entrega del colombiano. Con menos de una decena de encuentros disputados con el Manto Sagrado, el aporte del cafetero ha servido para constatar sus cualidades, su entrega y su compromiso con el equipo. Su presencia en el once titular es casi una constante para el entrenador, quien confía plenamente en sus habilidades. No obstante, hay un aspecto que debemos remarcar.
El problema de las amonestaciones: ¿un hábito peligroso?
Este buen presente se ve empañado por una estadística que no pasa desapercibida: las amonestaciones. Castaño ha acumulado 6 tarjetas amarillas en apenas 9 partidos jugados. Un promedio elevado incluso para un volante central, posición que naturalmente lo expone a disputas y a jugadas de contraataque, pero hay que saber manejarse correctamente para no sufrir sanciones de forma constante.
Los duelos ante Sarmiento, Gimnasia, Boca y Vélez por el Torneo Apertura, y los duelos frente a Universitario y Barcelona por la Copa Libertadores, son testigos de esta tendencia fatídica que amenaza al futbolista con perderse algunos encuentros importantes si se le aplican tarjetas asiduamente. El cuerpo técnico, consciente de la importancia del jugador, ya trabaja en el timing de su reacción a la hora de recuperar la pelota. La idea es que ajuste su agresividad y evite caer en faltas innecesarias que lo priven de su presencia en futuros partidos.
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