La tranquilidad del receso futbolístico se rompió con duras declaraciones. El presidente de Estudiantes de La Plata, el conocido Juan Sebastián Verón, salió con los tapones de punta contra la dirigencia y el cuerpo técnico de River Plate, desatando una nueva polémica en el ambiente futbolero. ¿El motivo? La inminente incorporación de Maximiliano Salas, delantero de Racing, al Millonario, utilizando la cláusula de rescisión.
¿Qué encendió la chispa?
El gesto de River, al optar por comprar al futbolista a través de su cláusula de salida, se considera una ruptura del «pacto» no escrito entre los clubes argentinos. Este acuerdo tácito establecía que no se realizarían ofertas por jugadores utilizando dicha herramienta, buscando mantener una cierta lealtad y evitar conflictos innecesarios. La decisión del club de Núñez, sin embargo, parece haber encendido todas las alarmas en el Pincha.
Pero la historia no es nueva. Esta situación revive viejas heridas y tensiones entre ambas instituciones, que se remontan al fallido pase de Sebastián Driussi al Millonario en el pasado. En aquel entonces, la negociación se complicó y generó un fuerte cruce de reproches entre los dirigentes. La llegada de Salas por la misma vía parece ser la gota que derramó el vaso.
El posteo incendiario de Verón en Instagram
El mandamás del Pincha no se guardó nada y utilizó su cuenta de Instagram para expresar su indignación. En una historia, Verón escribió una frase cargada de ironía, apuntando directamente a Jorge Brito, presidente de River, y a Marcelo Gallardo, el entrenador actual, aunque sin nombrarlos explícitamente.
La referencia a la «otra cultura» es una clara alusión a las declaraciones previas del Muñeco, quien había diferenciado a River de Estudiantes en cuanto a su forma de afrontar partidos ante rivales superiores. En una entrevista con ESPN, Gallardo había afirmado el contraste entre las formas que tienen ambos clubes de enfrentarse a rivales futbolísticamente superiores.
¿El fin de una era en el fútbol argentino?
La reacción de Verón plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre los clubes argentinos. ¿Se ha roto definitivamente el pacto de caballerosidad? ¿Estamos ante el inicio de una nueva era, donde la prioridad es la búsqueda del beneficio propio por encima de la lealtad y el respeto mutuo? La respuesta, por ahora, es incierta. Lo que sí es seguro es que esta polémica ha encendido el debate y ha puesto en evidencia las tensiones existentes en el deporte rey.
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