El fútbol argentino, más allá de la pasión y la gloria, a veces esconde realidades muy duras. Historias de lucha personal que pocos se animan a contar. Y en este caso, la voz la puso un referente, un hombre que siempre se entregó al máximo por la camiseta: Alejandro Domínguez.
Un silencio que pesaba
Durante años, el enganche llevó un peso enorme sobre sus hombros. Un sufrimiento silencioso que lo acompañó en momentos clave de su carrera, especialmente durante su segundo paso por River Plate. Nadie sospechaba la batalla interna que libraba, la angustia que lo invadía incluso en la cancha. El futbolista, reconocido por su gambeta y su entrega, se enfrentaba a un enemigo invisible: los ataques de pánico.
La verdad a la luz y un llamado a la ayuda
En una entrevista reveladora con la periodista Sofía Martínez en el programa Intuiciones, el Chori rompió el silencio y compartió una experiencia que lo marcó profundamente. “Jugué con ataques de pánico y realmente es algo que no se lo deseo a nadie”, confesó con una honestidad conmovedora. Su testimonio no solo es un acto de valentía personal, sino también una invitación a la reflexión sobre la salud mental en el deporte.
Lejos de querer victimizarse, el actual capitán del equipo Senior del Millonario busca que su historia sirva de inspiración para otros que puedan estar pasando por situaciones similares. “Buscá ayuda con un profesional y tratá el tema con naturalidad”, aconsejó, instando a romper con los estigmas y a buscar apoyo sin temor. El mensaje es claro: la salud mental es tan importante como la física, y pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino de fortaleza.
El recuerdo de una etapa difícil
El Chori explicó que decidió hablar públicamente porque creía que su experiencia podía serles útil a otros. Fue durante su segundo ciclo en el elenco de Núñez, en medio de una presión asfixiante por lograr el ascenso a Primera División, cuando los ataques de pánico se hicieron más frecuentes. Un momento crítico en la historia del club, donde el futbolista sintió la responsabilidad de llevar al Millonario de vuelta a la máxima categoría.
Más que un jugador
Más allá de los números y los títulos, Domínguez siempre será recordado por su cariño hacia la camiseta de River. En sus dos etapas como jugador (2001-2003 y 2011-2012), disputó 77 partidos oficiales, marcó 16 goles y entregó 23 asistencias. Levantó el Clausura 2002 y el Clausura 2003, pero su legado va mucho más allá de las conquistas deportivas. Su honestidad y su valentía al compartir esta historia lo convierten en un ejemplo a seguir, tanto dentro como fuera de la cancha.
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