El Monumental vive momentos de reflexión. Si bien la llegada de Marcelo Gallardo insufló aire fresco, una realidad es ineludible: el plantel de River Plate necesita una renovación profunda y el entrenador no le ha encontrado la vuelta desde que regresó. Con un promedio de edad elevado y varios nombres que no están rindiendo a la altura de las expectativas, el Muñeco tiene una tarea de suma obligación por delante. ¿Quiénes podrían ser los sacrificados en este mercado?
El peso de los años: un promedio que preocupa
El Millonario arrastra un promedio de edad de 29 años, cifra considerablemente alta para un equipo que se caracteriza por la intensidad y el dinamismo. Si bien la presencia de jóvenes promesas como Costantini, Dadín y Lencina achica este número, la realidad es que su participación en el primer equipo es limitada. Al comparar esta estadística con otros gigantes sudamericanos, la diferencia es notoria. Equipos con ambiciones similares suelen tener planteles más jóvenes, con un equilibrio entre experiencia y potencial, y esto se traduce en buenos resultados.
La política de repatriación no ha funcionado
En los últimos años, River ha apostado fuerte por la repatriación de jugadores identificados con el club. Nombres como Pérez, Lanzini, Pezzella y Fernández no lograron replicar el nivel esperado. Esta política, si bien emotiva para algunos, elevó el promedio de edad del plantel y no aportó la solución deseada. El contexto actual exige resultados inmediatos, y el hincha no está dispuesto a esperar a que los futbolistas se adapten o recuperen su forma. Es hora de pasar la escoba.
Uno por uno: el diagnóstico en la inmediatez
El cuerpo técnico de Gallardo está analizando exhaustivamente cada pieza del rompecabezas. La lista de jugadores mayores de 30 años es extensa y cada caso presenta particularidades. Franco Armani, con 38 años, sigue siendo una garantía bajo los tres palos, pero su futuro es incierto. Jeremías Ledesma, a pesar de su potencial, se ve relegado por el Pulpo. En defensa, Paulo Díaz se ha recuperado y se ha convertido en un referente para el DT -no así para la gente-, mientras que Germán Pezzella necesita revertir su bajo rendimiento.
El mediocampo también presenta interrogantes. Marcos Acuña, con 33 años, arrastra problemas físicos, pero cuando está en forma demuestra su jerarquía. Milton Casco, a sus 37 años, podría estar cerca de la retirada. Matías Kranevitter no ha logrado afianzarse y su salida parece inminente. Enzo Pérez tiene la palabra final sobre su continuidad, un error grosero ya que ni debería haber retornado al club. Rodrigo Aliendro y Manuel Lanzini deberán demostrar su valía para ganarse un lugar en el equipo.
Por otro lado, Nacho Fernández parece haber cumplido su ciclo y se perfila como una baja importante, pero habrá que ver si la decisión final del técnico coincide con el deseo de la hinchada. Finalmente, Pity Martínez y Maxi Meza deberán aprovechar al máximo este semestre para convencer a Gallardo; uno arrastra lesiones crónicas, mientras que el otro (actualmente lesionado) no ha demostrado el nivel de juego que se esperaba de él.
El caso de Miguel Borja es uno de los más calientes. El delantero colombiano se marchará de River y resta definir la fecha de su partida. Su destino podría estar en el fútbol mexicano, pero las negociaciones actualmente se encuentran en pausa. Gallardo lo pretende hasta fin de año, aunque después el jugador se irá con el pase en su poder. Esta situación obliga al club a buscar un reemplazante de inmediato. ¿Será Bautista Dadín el elegido?
La depuración del plantel es una tarea compleja, pero necesaria. Gallardo sabe que debe armar un equipo competitivo para poder mantenerse en el cargo, con un promedio de edad más joven y con futbolistas que estén en condiciones de rendir al máximo. De lo contrario, la puerta de salida estará más que abierta a fin de año. El futuro de River está en juego. La paciencia ya se agotó.
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