¿Quién dijo crisis? El fútbol, como buen culebrón, siempre tiene espacio para un nuevo capítulo. Y este tiene como protagonista a un viejo conocido de la región: Ramón Díaz. Después de una experiencia que no terminó como esperaba en el Corinthians de Brasil, el riojano vuelve a pisar fuerte en el continente, esta vez para intentar levantar la moral de un gigante herido.
Un gigante dormido
Olimpia de Paraguay no está pasando por su mejor momento. Con solo un puntito en dos partidos, la situación es preocupante y la afición exige respuestas. El equipo, uno de los más importantes de Sudamérica, necesita un golpe de aire fresco, una mano que lo saque del pozo. Y esa mano, según los directivos, tiene nombre y apellido: Ramón Ángel Díaz. La decisión de prescindir del anterior entrenador, el argentino Fabián Bustos, fue rápida y contundente, buscando un cambio radical en el cuerpo técnico.
El regreso del Pelado
La confirmación llegó como un baldazo de agua fría (o caliente, dependiendo de cómo se mire) para los rivales. Ramón Díaz y su hijo, Emiliano Díaz, desembarcarán en Asunción este miércoles para firmar su contrato y ponerse al frente del equipo. El debut podría ser el próximo sábado 19, recibiendo a Atlético Tembetary, un rival accesible para empezar a sumar y levantar la cabeza. Este será el decimocuarto banco que dirija el «Pelado» en tres décadas de trayectoria, demostrando su vasta experiencia y capacidad para adaptarse a diferentes realidades.
Un pasado guaraní
No es la primera vez que Díaz pisa suelo paraguayo. Ya dirigió a Libertad en 2020, donde disputó 24 partidos, y también tuvo un paso por la selección nacional entre 2014 y 2016. Su conocimiento del fútbol paraguayo y su estilo de juego podrían ser claves para revertir la situación actual de Olimpia.
¿Qué dejó en Brasil?
Si bien su paso por el Corinthians no fue el esperado, las estadísticas de Díaz son interesantes. En 60 partidos al frente del equipo paulista, consiguió 31 victorias, 16 empates y solo 13 derrotas. Además, logró llegar a las semifinales de la Copa Sudamericana, un logro importante que no fue suficiente para convencer a la directiva de mantenerlo en el cargo.
La esperanza es lo último que se pierde
La llegada de Ramón Díaz genera expectativas en la afición de Olimpia. El «Pelado» es un entrenador reconocido, con un estilo directo y una gran capacidad para motivar a sus jugadores. Ahora, queda ver si podrá transformar la mala racha del equipo y devolverlo a la senda del triunfo. La tarea no será fácil, pero si alguien puede lograrlo, ese es el riojano. El desafío está planteado y todos los ojos estarán puestos en su desempeño.
Comentá: