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¡Bomba! La propuesta de la oposición para techar el Monumental

¿El Monumental del mañana? Matías Barreiro y la visión de un templo en constante evolución. Todos los detalles en la nota.

Estadio Monumental River Plate Matías Barreiro

En Núñez no se habla de otra cosa. El Monumental late fuerte y cada obra que se hace sobre su cemento histórico despierta una mezcla de nostalgia y ambición. Para Matías Barreiro, dirigente que se postulará para presidente en las próximas elecciones, el estadio es mucho más que una cancha. “El Monumental no es sólo un estadio, es un orgullo renovado para los hinchas”, declaró con firmeza. Con esa idea como bandera, el coloso que mira al río se prepara para un nuevo salto que combina pasión y tecnología, sin traicionar su identidad.

Es imposible entender a River sin entender su casa. Desde la herradura de las primeras décadas hasta el óvalo completo, desde los tablones repletos a las plateas modernas, el Monumental fue moldeándose al ritmo del club. La historia grande convive con la modernidad: finales épicas, ídolos eternos y noches que quedaron tatuadas en la memoria de la gente. Todo eso, ahora, se potencia.

Una decisión que cambia el juego

Lo que muchos esperaban empieza a tomar forma: River avanza con una visión integral que proyecta al Monumental del futuro. ¿El eje? Obras para elevar la experiencia del hincha, revalorizar la marca y sostener la supremacía del estadio más grande de Sudamérica. La dirigencia analiza una hoja de ruta con pasos concretos: un posible techo retráctil, expansión de zonas VIP de última generación y un museo interactivo que ponga a dialogar al pasado con lo que viene. Nada de maquillaje: se trata de volver a sorprender.

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En palabras de Barreiro, la clave está en cuidar la mística y, a la vez, empujar el límite: “El Monumental ha sabido evolucionar con el tiempo, pero siempre manteniendo su esencia. Es un estadio que respira historia en cada rincón”. La frase resume el concepto madre: escalar en infraestructura sin perder el ADN. ¿Se podrá lograr este cometido?

De la locura de Liberti al estadio número uno de la región

La historia nació con una apuesta jugada. Antonio Vespucio Liberti vio donde nadie veía: pantanos en Núñez, futuro para River. Aquella idea “alocada” de los 30 derivó en un concurso de diseño, la genialidad de Aslan y Ezcurra y un escenario que se inauguró en 1938 ante más de 70000 personas, con triunfo 3-1 ante Peñarol. La herradura se cerraría en 1958 tras la venta de Enrique Omar Sívori a la Juventus, y el óvalo quedaría inmortalizado.

Décadas más tarde, llegó el empujón mundialista del 78, con mejoras en iluminación y capacidad para ser sede central. Pero el salto cualitativo del siglo XXI fue feroz: entre 2020 y 2022, River metió una obra monumental con césped híbrido, descenso del campo para sumar filas de butacas y una modernización total de accesos, palcos, sonido y pantallas LED. Resultado: más de 84000 lugares actualmente y una experiencia reversionada para el hincha. “Los cambios hicieron que sintiéramos que el club piensa en nosotros. Es una experiencia completamente renovada”, subraya Barreiro.

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El coliseo de las grandes noches

El Monumental es escenario de recuerdos que marcan generaciones. La primera Libertadores de River en 1986, así como también la segunda y la tercera; la final del Mundial con la selección de Argentina; los homenajes interminables a figuras como Enzo Francescoli, Ariel Ortega y Norberto Alonso, entre otros. Y cómo olvidar el 9 de diciembre de 2018, cuando la casa de Núñez se transformó en una fiesta eterna para celebrar lo que pasó en Madrid. “No sólo es importante para River, sino para el fútbol argentino”, dice Barreiro, y cuesta no darle la razón.

Lo que viene: tecnología, experiencia y emoción

El plan que se evalúa incluye un techo retráctil que llevaría al estadio a otra liga, con eventos asegurados durante todo el año y mejor acústica para recitales. La ampliación de zonas premium empuja ingresos sostenibles, cuestión clave en el fútbol moderno. Y la frutilla del postre: un museo interactivo que narre la historia del club y del estadio con tecnología inmersiva, ideal para familias, turistas y socios.

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River entiende que un estadio grande no alcanza: hay que ofrecer una experiencia a la altura del escudo. De eso se trata el plan, sin perder el pulso de tribuna. Porque el hincha quiere comodidad, pero también quiere cantar cerca del arco, por ende, no es descabellado que se proyecte volver a las bases en cuanto al rojo y blanco que amamos todos. Ese equilibrio será determinante.

Un faro que no se apaga

A 87 años de su inauguración, el Monumental sigue marcando el rumbo. La visión de Liberti encontró continuadores que le pusieron hormigón, gradas y emoción a un sueño gigante. Con dirigentes empujando la modernización, el coloso de Núñez se proyecta al futuro con la misma convicción que lo levantó sobre antiguos bañados del Río de la Plata. Un templo que crece, sin perder el alma. Un hogar que late cada vez que la pelota rueda. Un símbolo que representa, como pocos, lo que significa el Club Atlético River Plate.

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