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¿No se recupera? La mala noticia de Driussi que sacude a River

Habrá que seguir esperando para poder ver al delantero en el terreno de juego. Su lesión no ha sanado y crece la preocupación en River.

Sebastián Driussi River Plate

El llamado de atención llegó en el momento menos pensado. En River venían siguiendo con lupa la evolución de Sebastián Driussi y, aunque había una pequeña esperanza de verlo reaparecer pronto, el panorama se enfrió. El atacante sigue con trabajos diferenciados y su tobillo izquierdo no responde al 100% cuando sube la intensidad. En el cuerpo técnico ya tomaron una decisión: nada de apurarlo, nada de forzar.

Desde aquel “me rompí todo” que soltó en Seattle, el ciclo de noticias alrededor del delantero fue una montaña rusa. Primero el susto, después los estudios, y finalmente un diagnóstico que trajo alivio. Se descartó la rotura y el pronóstico fue claro: un esguince severo del ligamento interno que demanda alrededor de dos o tres meses de rehabilitación. En Núñez saben que un paso en falso puede salir muy caro.

La hoja de ruta del regreso: paciencia, gimnasio y kinesiología

La evolución inicial del Gordo había encendido la ilusión de una vuelta exprés. Sin embargo, cuando el jugador empezó a levantar la vara en las prácticas, reaparecieron molestias en la zona afectada. Ese freno obligado cambió el plan: nada de trabajo a la par del grupo por ahora, bajar cargas y sostener el foco en ejercicios específicos de kinesiología y fortalecimiento.

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Y acá está el dato que todos querían evitar: Driussi quedó descartado para el clásico con Independiente. A falta de varios entrenamientos en la semana, la decisión médica y futbolística fue contundente. En el banco, Marcelo Gallardo no quiere correr riesgos, menos con un tobillo que sigue “hablando” de manera negativa cuando la exigencia sube. ¿Cuándo podrá regresar definitivamente al verde césped?

El clásico, desde afuera; la copa, en signo de pregunta

A River se le juntaron varios frentes: Maxi Salas también está afuera por lesión y Miguel Borja no viene fino de cara al arco. Aun así, el Muñeco sabe que no puede hipotecar la Copa Libertadores por 90 minutos de necesidad -y porque la hinchada así lo exige-. Por eso, el punta verá el duelo del sábado en Avellaneda desde la tribuna, con gesto contenido y ganas, pero sin apurarse.

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La gran incógnita pasa por la ida de octavos de final frente a Libertad en Asunción. Si llega sin rodaje, su lugar en el avión empieza a tambalear. El plan que se baraja en el cuerpo técnico es claro: completar los 60 días de rehabilitación, sumar algunos minutos el domingo 17 ante Godoy Cruz, y apuntar con mayor fuerza a la revancha copera del 24. Ése sería el “cronograma ideal” para que el futbolista vuelva con confianza y sin dolores.

Buenas señales en el plantel: dos que se arriman al alta

Entre tantas preocupaciones, hay buenas noticias. Juan Carlos Portillo (tendinitis en el cuádriceps derecho) y Lautaro Rivero (desgarro en el sóleo derecho) trabajaron este martes con más intensidad y quedaron a un paso del alta médica. Si no surge nada raro, ambos podrían entrar en la lista para visitar al Rojo. Dos retornos que le dan aire a un plantel que viene con lo justo.

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River encara días claves, con cabeza fría y la mira en la copa. El hincha quiere tener a todas las piezas disponibles, sobre todo a Driussi que sostenía un presente goleador alentador, pero se entiende que el apuro puede salir caro. La consigna es simple y contundente: a la cancha va cuando esté entero. Mientras tanto, el equipo deberá arreglárselas y encontrar el gol por otra vía.

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