En un giro inesperado un joven delantero que pasó por las inferiores de River Plate se ha convertido en la gran revelación de la Ligue 1 francesa. Su llegada al Racing de Estrasburgo en el último mercado de pases fue una apuesta que ha dado sus frutos, convirtiéndolo en el goleador de Francia y uno de los mejores prospectos argentinos en Europa. ¿Qué hay detrás de esta historia de éxito? Te contamos los detalles a continuación.
La historia de un sueño
El atacante en cuestión es Joaquín Panichelli, quien se marchó del Millonario con el pase en su poder en diciembre de 2022. Había destacado sobremanera en la Reserva, marcando goles importantes contra los demás grandes de la Argentina, pero no tuvo oportunidades en el plantel profesional. Su sueño de debutar en Primera División estaba estacado y, con 20 años en su momento, el joven decidió tomar un camino diferente.
Pese a su frustración en River, su talento no pasó desapercibido, y pronto encontró un nuevo hogar en el Alavés español. Aunque no tuvo continuidad allí, su paso más tarde por el Mirandés fue decisivo, donde anotó 21 goles y se convirtió en una de las sensaciones del ascenso de España. Este desempeño llamó la atención del Racing francés, que lo compró por 16 millones de euros, cobrando la institución de Núñez una suma significativa por un porcentaje importante de su ficha.
Un nuevo capítulo en Europa y el deseo de volver
Con 7 goles en 10 partidos actualmente, Panichelli ha demostrado su valía en la Ligue 1. Su doblete ante el poderoso PSG es sólo un ejemplo de su capacidad para marcar tantos importantes. Aunque su objetivo es seguir creciendo y mejorar, no descarta la posibilidad de regresar a River en el futuro. “River es lo más grande que hay en Argentina y sería lindo volver”, manifestó sin tapujos en diálogo con Radio La Red. Sin embargo, Panichelli no se deja llevar por la nostalgia y se enfoca en su presente, donde tiene contrato en el Viejo Continente hasta 2030. ¿Lo cumplirá o retornará antes del tiempo estipulado?
A pesar de su éxito, el ariete de 23 años no pierde de vista su pasión por el fútbol argentino. “Siempre que puedo mirar el fútbol argentino. Si también la Copa Libertadores y obviamente todos los partidos de River”, confesó. Esta conexión con su pasado no solamente lo hace un jugador con raíces argentinas, sino también un embajador del Manto Sagrado en el mundo. Su historia es una prueba más de la calidad de las inferiores de River, las mejores del mundo.
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