El fútbol, ese deporte que ilusiona a millones, también tiene su lado más duro. Y Agustín De la Cuesta, uno de los juveniles más prometedores de River, lo sabe mejor que nadie. A sus 19 años, el volante nacido en Navarro se encuentra en una encrucijada: la pretemporada de 2025 lo dejó afuera de los planes de Marcelo Gallardo, y su futuro en el club está en duda. Pero más allá de las decisiones técnicas, el pibe hizo una declaración que resonó fuerte: “La vida no termina en River”.
La frase, dicha en una entrevista con La 22 Stream junto a Mercedes Diz, jugadora del equipo femenino del Más Grande, no fue casual. De la Cuesta habló con una madurez que sorprende para su edad, reconociendo que “este año y el próximo es un año feo para nuestra categoría”. ¿El motivo? La normativa de la AFA, que obliga a los clubes a definir el futuro de los jugadores antes de que cumplan 20 años. Si no firman contrato, quedan libres. Y en River, donde la competencia es feroz, no todos tienen garantizado un lugar.
La realidad de los juveniles en River: entre la ilusión y la incertidumbre
“Intentamos juntarnos, disfrutar mucho tiempo juntos, uno nunca sabe qué puede pasar en el fútbol, se pueden separar los caminos”, confesó DLC, como lo conocen en el club. Sus palabras reflejan una verdad incómoda: en River, ser figura en Reserva no siempre alcanza. Gallardo, en su regreso al banco, decidió apostar por otros nombres para la pretemporada, y De la Cuesta quedó fuera de la lista. Pero eso no lo desanimó.
Al contrario, el mediocampista no descartó la posibilidad de salir a préstamo para sumar minutos y experiencia. “Nosotros vivimos de jugar, de sumar minutos, de ganar, de tener experiencias. No es lo mismo entrenar que jugar”, afirmó con claridad. Y añadió: “Esperar a ver qué pasa y sea la decisión que sea o el camino que sea, hacerlo de la misma manera y con las mismas ganas de siempre”.
El consejo que marcó su cabeza: “Si no es en River, será en otro lado”
Uno de los momentos más crudos de la entrevista llegó cuando De la Cuesta reveló los consejos que recibió de otros jóvenes que ya no están en el club. “El consejo que me han dado otros chicos que no están en el club es que la vida no termina en River, hay que seguir, hay que hacer carrera para vos. Si se da en River muy bien, pero si no será en otro club y tenés que pensar en vos, en tu carrera y en tu familia”, sentenció.
Palabras duras, pero reales. En un club donde la exigencia es máxima y las oportunidades son limitadas, muchos talentos deben buscar su camino afuera para no quedarse en el camino. Y aunque DLC tiene contrato hasta 2028, sabe que el fútbol no espera. “Hay que seguir viviendo experiencias y agarrando ritmo”, dijo, dejando en claro que su prioridad es jugar, más allá del lugar.
De la ilusión al debut: la corta pero intensa trayectoria de DLC en River
La historia de Agustín De la Cuesta con River comenzó en 2006, cuando llegó al club con solo 10 años. Pasó por todas las divisiones inferiores hasta consolidarse en Reserva, donde se convirtió en una de las figuras bajo el mando de Marcelo Escudero. Su primer contrato profesional llegó en mayo de 2025, un paso clave en su carrera.
Su oportunidad en Primera llegó en septiembre, cuando Gallardo lo hizo debutar como titular contra Atlético Tucumán. Aunque el equipo cayó 0-2, el volante mostró criterio, lectura de juego y madurez, cualidades que lo mantienen en la órbita del Muñeco. Sin embargo, desde entonces solo integró el banco en cuatro partidos más (ante Sarmiento, Rosario Central, Deportivo Riestra y Racing) sin volver a ingresar.
¿Qué le depara el futuro? Préstamo, Reserva o una nueva chance con Gallardo
Hoy, De la Cuesta no está en la pretemporada de River, lo que abre dos posibilidades: quedarse en Reserva para seguir creciendo o salir cedido para ganar rodaje. El propio jugador no cerró ninguna puerta, pero dejó en claro que su mentalidad no cambiará. “Sea la decisión que sea, hay que hacerlo con las mismas ganas”, repitió.
Mientras tanto, Gallardo sigue atento. Si el pibe mantiene su nivel en Reserva, no sería extraño que vuelva a ser tenido en cuenta. Pero el fútbol es impredecible, y en River, más aún. Lo único seguro es que Agustín De la Cuesta ya demostró que tiene la cabeza fría y el corazón puesto en seguir adelante, aunque eso signifique alejarse del club que lo vio crecer.
Por ahora, el futuro es incierto, pero su actitud es clara: la carrera no termina en River. Y eso, en un mundo donde muchos se quedan en el camino, ya es una victoria.
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