El pasado domingo 7 de mayo, River Plate derrotó a su eterno rival en el estadio Monumental por 1-0 con gol de Miguel Borja de penal. Sobre el final del encuentro se desató la hecatombe entre los protagonistas del juego, lo que derivó en una serie de expulsiones para ambos lados.
El partido generó un gran revuelo debido a la actuación del árbitro Darío Herrera, quien no expulsó durante los 90 minutos a varios jugadores que ya habían recibido tarjetas amarillas. Además, el penal (bien sancionado) fue objeto de críticas y lloros por parte de los contrarios.
Cabe recordar que Herrera había dirigido varios clásicos con anterioridad, en los cuales siempre fue favorecido el equipo del Riachuelo, a tal punto que River jamás había visto la victoria hasta este fin de semana con dicho árbitro. Incluso en el trámite de este último cotejo todas las chiquitas fueron para los bosteros.
La decisión de AFA con Darío Herrera
Seguramente gracias a la presión del poder mediático, la Asociación del Fútbol Argentino presidida por Claudio Tapia y en compañía del inoperante Federico Beligoy (director nacional del arbitraje), tomó una apresurada determinación con algunos de los jueces del reciente Superclásico.
Como resultado de la controversia, suspendieron a Darío Herrera y no tendrá participación en la próxima fecha de la Liga Profesional. De cara a la siguiente jornada también excluyeron a Silvio Trucco, el encargado del VAR durante el partido. Ante esto, ¿cuál es la polémica?
Aunque Herrera siempre sea un desastre, esta insólita decisión demuestra que las autoridades de nuestro fútbol sólo hacen caso a las quejas de cierto equipo, pero cuando dicho club se ve envuelto en cosas raras (algo que pasa casi todos los fines de semana) miran hacia otro lado y no suspenden a nadie.
Cuando gana River paran al arbitro y es un escandalo, pero con Boca salen a justificar absolutamente todo. https://t.co/6FGr4MGAlS pic.twitter.com/SCjCIWNmNd
— Fran (@frabigol) May 9, 2023
Así las cosas, tendremos que seguir padeciendo el desmanejo de la AFA, que prefiere seguirles el juego a los medios que instalan robos donde no los hay. La guardia más alta que nunca, glorioso Millonario, porque los delincuentes de guante blanco pasan factura cuando uno menos la espera.
