El dato que preocupa a River de cara al partido contra el Mineiro

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La historia carga con un peso enorme sobre los hombros del Club Atlético River Plate de cara al trascendental cruce ante Atlético Mineiro por el partido de vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores. Las estadísticas no acompañan al Millonario a la hora de remontadas heroicas ante equipos brasileños.

Marcelo Gallardo buscará romper con los números del pasado e ingresar una vez más en la leyenda grande del club de Núñez, pero está claro que lograrlo es más una utopía que una realidad. La hazaña parece inalcanzable dado el mediocre presente futbolístico del equipo y los desaciertos del cuerpo técnico.

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Si bien el 0-3 de la ida en Belo Horizonte hace cuesta arriba el resultado a revertir, la fe de los hinchas se sustenta en precedentes que rescribieron la historia a favor del Más Grande. No obstante, los números son los números y preocupan sobremanera pensando en clasificar a la gran final del máximo certamen continental.

El dato preocupante de la revancha ante el Mineiro

Así las cosas, de 24 partidos como local ante elencos de Brasil en Libertadores, el combinado de Núñez solamente pudo ganar uno con diferencia de 3 o más goles: fue 4-1 frente a Paulista en 2006. Aun con este precedente, de darse el mismo resultado no alcanzaría para avanzar a la final y todo se decidiría en la lotería de los penales. Las posibilidades se minimizan cada vez más.

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Está más que claro que llegar a la vía de tener que definir la serie desde el punto penal no es una situación que genere mucha ilusión en la gente, dado que este ítem es quizás la mayor deuda en la historia de la institución, sobre todo en los últimos tiempos y con Franco Armani en el arco. La única alternativa es golear en el tiempo neto de juego.

Ante este contexto desfavorable, Gallardo deberá apelar a lo mejor de su capacidad como entrenador, algo que muy pocas veces se vio desde que regresó al club. Su hoja de ruta pasa por una actuación perfecta, con un rendimiento superlativo de todos sus dirigidos. Sólo así la épica podrá tener una nueva página escrita, de lo contrario será otro fracaso deportivo.

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